Aunque lo cierto, es que, independientemente de los que nos esforcemos en seleccionar el horario más económico, el ciclo ecológico o utilizar programas en frío, lo fundamental es comprar una lavadora que consuma poca electricidad.
Todas las lavadoras cuentan con una etiqueta energética que la sitúa en una escala de la A a la G, donde A son las lavadoras de menor consumo eléctrico y G las de mayor. Este dato se obtiene mediante el análisis de 100 ciclos de lavado, por lo que se ajusta al uso real que tenemos en casa a lo largo de un año aproximadamente.
Actualmente, existen en el mercado una gran variedad de lavadoras, pero no todas tienen disponibles las mismas características.
Algunas de ellas repercuten directamente en el consumo de electricidad, y cuanto más de estas opciones estén incluidas en nuestra lavadora, más herramientas tenemos para realizar un lavado eficiente sin sorpresas en el recibo de la luz.
Algunas lavadoras realizan una dosificación automática de detergente en función de las características de la carga.
Con esto se consigue utilizar la cantidad de detergente estrictamente necesaria, evitando que la lavadora enjuague durante más tiempo y como consecuencia gaste más electricidad y exponiendo a la ropa a un mayor desgaste.
Todas las lavadoras tienen programas en frío y seguramente lo hayas usado más de una vez.
Pero lo que no sabías es el ahorro que pueden suponer en tu factura de la luz.
Básicamente, los programas en frío, evitan tener que calentar agua y de este modo se ahorra la energía eléctrica que necesita la lavadora durante su puesta en marcha.
Los motores inverter están compuestos por menos partes móviles y sin escobillas, por lo que existe menor rozamiento y desgaste entre piezas, reduciendo el ruido y permitiéndoles trabajar de manera más eficiente con una menor cantidad de electricidad.
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Fuente de la noticia: mielectro